lunes, 5 de abril de 2010

"Basura electrónica"

Lentamente se va tomando conciencia de la necesidad de separar en casa los distintos tipos de basura. Pero además de papel, envases, vidrio y restos orgánicos, la ‘basura electrónica’ ocupa un mayor volumen entre los desechos del siglo XXI. La relativa corta vida de los ordenadores, que empiezan a quedar desfasados al cabo de un año y que a los cuatro ya están prácticamente obsoletos, genera gran cantidad de chatarra de la que el consumidor no sabe cómo desprenderse. PCs, periféricos, televisores, teléfonos móviles y otros equipos electrónicos estropeados o desfasados resultan un incordio que terminan en algún trastero, cajón o arrojados a cualquier lugar poco apropiado.


Los residuos eléctricos y electrónicos (ordenadores y teléfonos móviles principalmente) ya representan alrededor del 5% de la basura que se genera en Europa y, según la Oficina Ambiental Europea, sumarán 7,4 millones de toneladas en 2004, con un incremento del 4% anual. Lo peor es que el 90% de este material acaba en vertederos donde se incinera, a pesar de los numerosos componentes tóxicos utilizados en su fabricación, como el litio de las baterías, el plomo (de soldaduras, pantallas CRT y baterías), el mercurio (en lámparas fluorescentes de los monitores LCD), el bromo (carcasas y aislamientos plásticos) o el cadmio (toners y tintas de impresora, monitores CRT, baterías recargables NiCd, etc.).


Puntos limpios

De la misma forma que existen contenedores para el papel o el vidrio, en los establecimientos comerciales se han habilitado más de 3.000 contenedores para recoger aparatos electrónicos de reducidas dimensiones (teléfonos móviles, principalmente). Para gestionar los residuos domésticos más grandes (electrodomésticos, equipos informáticos, etc.) o peligrosos (baterías, pinturas, aceites, etc.) se han creado los llamados Puntos Limpios (‘eco parques’, ‘áreas de aportación’, ‘deixalleries’ o ‘garbigune’, según la zona de España).

Estas instalaciones están destinadas a los usuarios particulares, no a las empresas, y son gratuitas aunque se exige el esfuerzo de cargar con los desechos y transportarlos hasta el punto más cercano, si es que conocemos su ubicación.

No existe ningún organismo encargado de centralizar la información (la OCU ha agrupado en su página web información de 650 puntos limpios recogida de comunidades y ayuntamientos). El responsable de su gestión suele ser el ayuntamiento, la mancomunidad o las empresas privadas que éstos hayan designado, que se encargarán de transportar los residuos a un centro para su tratamiento específico donde reciben el final adecuado: reutilización, reciclado, valorización energética o eliminación de forma segura.

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